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. A primera vista, la cerveza es rubia cristalina, fluye bien al echarla y deja una espuma blanca pero muy fugaz.
. En nariz tiene un buen aroma aunque no demasiado potente, y en boca resulta muy fina y cuidada, con un toque de sabor a cereales, dulzona al principio y ligeramente seca y amarga después. Resulta muy natural pues no se nota demasiado su graduación alcohólica de 5º y además deja un agradable sabor en la boca.
Director: George A. Romero, Productor: Karl Hardman, Russell Streiner, Guión: George A. Romero, John A. Russo, Fotografía: George A. Romero.
Reparto: Duane Jones (Ben), Judith O'Dea (Barbara), Karl Hardman (Harry Cooper), Marilyn Eastman (Helen Cooper/Bug-eating zombie), Keith Wayne (Tom), Judith Ridley (Judy), Kyra Schon (Karen Cooper/Upstairs body), Charles Craig (Newscaster/Ghoul), S. William Hinzman (Cemetery ghoul (as Bill Heinzman)), George Kosana (Sheriff McClelland), Frank Doak (Scientist), Bill 'Chilly Billy' Cardille (Field reporter), A.C. McDonald (Ghoul), Samuel R. Solito (Ghoul), Mark Ricci (Washington scientist).
Sinopsis: La radiación de un satélite causa el despertar de los muertos, que salen de sus tumbas y atacan a los seres vivos para alimentarse. La acción se sitúa en el campo de Pennsylvania, donde Barbara es inicialmente atacada en el cementerio por un muerto viviente y huye hacía una granja. Allí se encuentra con Ben, y ambos construirán barricadas para sobrevivir a la temerosa noche...
Ópera prima amateur, de reconocido estilo "cinéma vérité" y reclamada como uno de los hitos del cine de terror moderno.
George A. Romero; despreciando los muertos vivientes del vudú y demás leyendas haitianas, orienta su propia temática zombie hacía la antropofagia absoluta, inventando de esta manera un nuevo género y todas las reglas que por consecuencia conllevan.
Con las consabidas limitaciones técnicas que implican una producción de serie B, La Noche de los Muertos Vivientes ofrece una insalubre y opresiva ambientación, cimentada principalmente en una acertada iluminación, originales ángulos de cámara y un demente y desmedido gore.
Narrativamente, el planteamiento es simple, introspectivo y original. Bajo un descarado esquema western, el asalto a una casa, se expone un interesante enfoque con respecto a la miseria e inestabilidad humana ante situaciones límite:¿Qué representa mayor peligro? - la no elegida voracidad del zombie, o - el inevitable egoismo por prevalecer en la comunidad humana...
La Noche de los Muertos Vivientes: un bulímico encomio a una sociedad que se devora y se rechaza a si misma.
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Con un guión armado de una precisión perfecta y un equipo técnico de irrefutable calidad cinematográfica, Polanski plasma en esta adaptación literaria, una atmósferica puesta en escena tan asfixiante como bella y que comprende desde la pesadilla onírica al más puntiagudo horror.
El auténtico hilo conductor de esta descarnada odisea: un impresionante Adrien Brody, en el papel de Wladyslaw Szpilman, reconocido pianista judío que señalado por el destino y a través del mismo se evangeliza como prototipo adalid de la resistencia humana por la supervivencia.
Este binomio Polanski-Brody, logran magistralmente conjugar el vacio del tiempo con la nada más absoluta en una progresiva degradación de la naturaleza humana. Una película humilde y honesta, sin alardes, sin tapujos y sin rencores, narrada con la sobriedad que requiere una realidad histórica.
SOBRE WLADYSLAW SZPILMAN
Wladyslaw Szpilman tenía 27 años cuando estalló la guerra y ya era reconocido como uno de los pianistas polacos de conciertos más destacados. Estaba interpretando el Nocturno en Do menor sostenido de Chopin en la radio estatal polaca cuando la Luftwaffe bombardeó la emisora de radio hasta arrasarla.
Como judíos que eran, Szpilman y su familia fueron desalojados de su apartamento y apiñados junto con otros miles en el ghetto de Varsovia, donde el Pianista se ganó la vida como pudo, interpretando en los bares, en los que se reunían colaboradores y traficantes del mercado negro.
Fue uno de estos colaboradores judíos quien salvó a Szpilman del tren que llevó a su familia a la muerte en los campos de concentración. Gracias a una red de conocidos de antes de la guerra, a soldados de la resistencia y, sorprendentemente, con la ayuda de un oficial alemán, Szpilman sobrevivió a la guerra.
Después de la guerra, la radio polaca volvió a funcionar, con grandes apuros, y Szpilman completó el Nocturno de Chopin que había sido interrumpido tan brutalmente seis años atrás. El Pianista escribió sus memorias en 1946, pero las autoridades comunistas prohibieron el libro. El hijo de Szpilman quien, al igual que Polanski, nunca había hablado con su padre de la guerra, encontró el manuscrito y reeditó las memorias en 1999, que recibieron una gran aclamación internacional.
El libro de Szpilman es un vivo y gratificante relato de la vida en el ghetto y de cómo, sorprendentemente, logró escapar y sobrevivir. La fuerza del tema y de las emociones que genera, junto con la bonita y amplia gama de variados personajes secundarios, le convirtieron en una obvia fuente de inspiración para Roman Polanski, que ya se había encontrado con Szpilman en dos ocasiones.
En su tercer encuentro, a principios de 2000, Szpilman afirmó que era un gran placer para él que su libro se convirtiera en una película y que fuera su compatriota quien la dirigiera. Wladyslaw Szpilman falleció el 6 de julio de 2000, antes de que empezara el rodaje.
Fuente: http://www.labutaca.net/50sansebastian/elpianista1.htm
Garde Dog
Un ejemplo claro de las nuevas Pale Ale norteamericanas y considerada una de las mejores en este estilo del país. Es una cerveza amarga y potente, que se asemeja más a las de este estilo en el Reino Unido, que las de Bélgica, que suelen ser más dulces y malteadas. Es una cerveza para degustar saboreando poco a poco.
. Color ambar oscuro con una cabeza densa de espuma
. Aroma ligero, amargo, floral-cítrico y un poco a caramelo. Cuerpo ligero, poco carbonatada, sabor malteado. Acabado primero dulce y luego amargo.
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Old Scrach Amber